Esta entrada es para explicar cómo he trabajado el tema del 8 de Marzo y del feminismo.
No como un juego, sino a través de los juegos. Y la verdad, es que repetiré la experiencia. Pero vamos por partes.
Lo he realizado con mis alumnas de la universidad y con dos grupos diferentes. El primero de 50 alumnas y el segundo de 11 alumnas. Con una duración aproximada de una hora y media, un poco más en función del debate generado. Pienso que esta propuesta puede funcionar a partir de secundaria, siendo más interesante en Bachillerato y estudios superiores.
La sesión consta de tres partes diferenciadas:
1. Una Escape room.
2. Un Timeline.
3. Y un breve “ponte en su lugar”. No lo quiero llamar juego de rol, por la brevedad. Quizás lo más apropiado sería hablar de lectura dramatizada.
Se hicieron grupos de 4-5 alumnas y pasamos a la acción, que ahora os detallo.
1. Escape room
Las alumnas se encontraban en clase con 5 cajas ordenadas y una hoja de instrucciones que les indicaba cómo resolver cada una de ellas.
– 1: la caja cultural
En ella tenían que realizar un pequeño ejercicio, buscar 3 ejemplos de películas de dibujos animados de nuestra infancia que reprodujesen los roles de género y 3 películas que no.
Una vez comprobadas las películas, podían abrir la caja donde encontraban una llave que les permitía abrir la siguiente.
– 2: la caja de la visibilidad
En ella únicamente había papeles en blanco (tantos como grupos participantes). En la hoja de instrucciones se explicaba que, para solucionarla, necesitaban un elemento imprescindible y se aportaba una pista sobre él. Una vez resuelto el enigma sabían que debían tomar un lápiz y hacer algo, ¿pero qué?
Aquí hay que decir que el diseño de la Escape room ha sido muy económico, el ideal aquí habría sido disponer de los típicos rotuladores de tinta invisible y linternas ultravioletas, pero al no disponer de estos materiales improvisé.
Había un mensaje no visible y para leerlo tan sólo tenían que sombrear con lápiz el papel. Así aparecían 3 cifras que permitían abrir la siguiente caja.
– 3: la caja de la esfera pública y privada
Para poder resolverla debían encontrar 5 ejemplos de mujeres relevantes que pudieron triunfar en la esfera pública y en qué ámbitos. Esta caja contenía una nueva llave que abría el candado de la siguiente.
– 4: la caja del poder
En ella encontraban piezas de un puzzle. Una vez recompuesto se leía un mensaje que hacía referencia al Techo de cristal y aportaba datos. Una de las cifras que aparecen en ese mensaje permitía desbloquear el último candado.
– 5: la caja maldita
El gran reto, el de acabar con la violencia de género. Para resolverla debían pensar en ejemplos de violencia de género que no comportasen violencia física (que es el caso más evidente).
Finalmente podían abrir la caja y lo único que encontraban dentro, si miraban, era un espejo. La solución a las situaciones que se han presentado en las diversas cajas está en cada una de ellas y en cada uno de ellos.
2. El Timeline del Feminismo
Revisando la historia del feminismo pude seleccionar un total de 117 eventos que consideré interesantes. Con ellos realicé sus cartas correspondientes. A diferencia de la edición comercial del Timeline, ésta hecha expresamente para la ocasión no llevaba ilustraciones y sólo estaban impresas por una cara. Las cartas contenían una pequeña explicación del evento en cuestión y un código QR.
La mecánica la misma que en el juego comercial: se reparten las cartas entre las alumnas y deben de colocarlas correctamente en la línea temporal que se va construyendo. El primer grupo que consigue colocar todas sus cartas gana.
3. “Ponte en su lugar”
Básicamente hice una lectura de un post encontrado en Facebook de Vitika Roy, para resaltar que lo que ella denuncia pasa a diario a nuestro alrededor.
Al finalizar dedicamos tiempo para poder debatir sobre lo que se había trabajado a través de los juegos.
Conclusiones y resultados
1. El tamaño sí importa: funcionó mucho mejor con el grupo pequeño. El motivo muy sencillo: un fallo en el diseño por mi parte. El grupo grande tenía 10 grupos que realizaban la Escape room de manera simultánea, en las primeras pruebas no hubo más problema que el tener que ir corriendo de un lado a otro por mi parte. Pero llegados a tener que resolver el puzzle, se generaba un embudo, sólo había un puzzle y únicamente un grupo podía acceder a él, el resto debían de esperar su turno. ¿Se podría haber solucionado poniendo más ejemplares del mismo puzzle?
De igual manera pasó con el Timeline, en el grupo pequeño funcionó pero en el grande fue más complicado.
2. El planteamiento de la sesión sorprendió y gustó en general.
3. El Timeline presentó una realidad evidente: sabemos muy poco sobre el feminismo. Se pudo comprobar al ver la pila de cartas erróneas y comparándola con las cartas que estaban correctamente en su timeline. Lo que llevó a una pregunta incómoda: ¿por qué sabemos tan poco sobre el feminismo?
4. El “ponte en su lugar” fue un puñetazo bajo la cintura cuando el rival estaba debilitado. Les llegó, les afectó, les dolió, les enfadó… ¡y es lo que buscaba!
5. Merece la pena el esfuerzo, por lo aprendido a nivel particular, a nivel grupal y para demostrar que se pueden tratar temas serios de manera lúdica.
6. Estoy convencido que se han ido de clase pensando en lo que hemos trabajado, que seguramente algunas de ellas lo han comentado a alguien y que en la siguiente clase volveremos a hablar sobre ello. Por todo esto ya compensa.